La Casa de la Sociedad del Carmen de auxilios Mutuos
La Casa de la Sociedad del Carmen de auxilios Mutuos
Publicado el 05 de junio de 1989 en el diario La
Industria de Trujillo, en defensa de su posible desaparición.
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Miguel Adolfo Vega
Cárdenas
En parte de uno de los
primitivos solares perimetrales de la plaza mayor, a escasa distancia de ella y
en la quinta cuadra de la actual calle Diego de Almagro se encuentra ubicada
una importante casa trujillana edificada en el siglo XVIII, conocida como la
Casa de la Sociedad del Carmen de Auxilios Mutuos.
El
solar fundacional perteneció al conquistador, fundador de la ciudad, vecino de
Trujillo y encomendero de Cherrepe Miguel Pérez de Villafranca Lazcano, solar
que lindaba por su frente con la plaza pública, por uno de sus costados con la
actual calle Diego de Almagro, por el otro con casa y solar siguiente, hoy
ocupado por parte de la casa de los herederos del Dr. Guillermo Ganoza Vargas y
la casa del Banco Central de Reserva, y por su trasera con la actual calle Bolívar.
Con
el correr del tiempo, el solar se dividió y cambió de propietarios, pues poco
antes del terremoto de 1619 se fracciono en dos áreas: la que miraba a la plaza
mayor pertenecía al contador Antonio Urraco, lugar en que años más tarde se
edificó la casa del cabildo y cárcel de Trujillo, y la otra parte perteneció a
doña Rafaela Merino y Ferrer, viuda de Antonio Solano de Suaso.
Este
último solar sufrió una nueva división, en el solar lindante con el cabildo y
cárcel de la ciudad, en las últimas décadas del siglo XVIII ya existía la casa que
brevemente se está historiando, propiedad y morada de las señoras Josepha,
Juana Rosa y Gabriela de las Alas Pumariño y Zarzosa; las dos primeras señoras
fueron poseedoras del Mayorazgo de Chiclín y Marquesas de Herrera y Valle
Hermoso, cada una en su tiempo. Las señoras habían heredado la casa de sus
padres el maestre de campo Juan de las Alas y Pumariño y Catalina García de
Zarzosa y Herrera; el solar siguiente a la casa, lindante con las actuales
cales de Almagro y Bolívar, pertenecía a las señoras Sánchez de Villamayor y
Zarzosa.
El
12 de noviembre de 1797 sucedió en esta casa un hecho de suma importancia para
la historia de la sociedad virreinal trujillana, protagonizado por la señora
Marquesa de Herrera y Valle Hermoso Da. Juan Rosa de Herrera de las Alas
Pumariño y Zarzosa, quien como poseedora del mayorazgo de Chiclín tuvo que
anteponer a sus apellidos paternos el de Herrera, perteneciente al fundador del
referido mayorazgo. Reunidos en la sala de la casa de Da. Juana Rosa en
compañía del Conde de Valdemar de Bracamonte D. Pedro de Bracamonte Dávila y
Zarzosa, la señora Úrsula Sánchez de Villamayor y Zarzosa y con asistencia del escribano
Francisco Javier de León, dieron inicio a una solemne ceremonia; la anciana marquesa
de Herrera y Valle Hermoso tras renunciar al título nobiliario de Castilla que
poseía, se disponía a cederlo y traspasarlo a su sobrino carnal Nicolás
Casimiro “en reconocimiento al gran cariño que se profesaban”,
recibiendo de manos de la noble dama trujillana la cédula original del Título y
Marquesado de Herrera y Valle Hermoso que “ha manera de libro forrado en
terciopelo carmesí llevaba como sello las Armas Reales de la Corona Española”.
Don Nicolás Casimiro la tomo y acepto en señal de posesión. Al poco tiempo
después la anciana marquesa falleció, quedando la casa al cuidado de su primo
hermano el Conde de Valdemar de Bracamonte.
En
las últimas décadas del XIX la casa perteneció a uno de los hijos del marqués
de Herrera y Valle Hermoso, D. Nicolás Casimiro de Bracamonte y López Fontao,
el Sr. Dr. D. Apolinar de Bracamonte y Cacho, ilustre trujillano, jurisconsulto
brillante que desempeño los cargos de Vocal y Presidente de la Corte Superior
de Justicia de La Libertad y en la Universidad Nacional de Trujillo dictó la
cátedra de Filosofía y Matemática, llegando al alto cargo de Rector.
A
su muerte ocurrida en 1880 la casa fue heredada por su hija la acaudalada
señora Natalia de Bracamonte y Jimeno, esposa de Fernando de Agüero y Cisneros,
dama trujillana que vendió la casa de la quinta cuadra de la calle Diego de
Almagro a la Sociedad del Carmen de Auxilios Mutuos, una de las más antiguas
instituciones mutualistas y benefactoras de Trujillo y poseedora de una valiosa
biblioteca popular que por los años treinta contaba con más de 1500 libros, en
donde además se podían leer periódicos y revistas nacionales y extranjeras,
convirtiéndose en uno de los centros más importantes de cultura instalado en su
histórico local. Noble e importante casa trujillana en peligro de demolición
que hoy espera serena y estoicamente la sentencia final de su destino.
Este artículo se publicó
el miércoles 05 de junio de 1989 en el diario La Industria de Trujillo, en
defensa de la casa que días después fue violentamente demolida. Para
sorpresa de los trujillanos amantes y respetuosos de nuestra ciudad, la casa anocheció,
pero no amaneció. Para las autoridades de turno no significó sorpresa alguna.
Historia
Documental de Trujillo del Perú
Sustentada
en fuentes archivísticas escritas, fotografías y gravados antiguas y bibliográficas.
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